En ésta, mi cuarta carta, voy a tratar de un tema tan interesante como complejo: la pelea conyugal. En mi opinión, la pelea conyugal se divide en dos niveles. El nivel A, que es la cantidad de peleas por semana y el nivel B, que es la calidad de la pelea, que puede
ser pelea fina, pelea seria, pelea dura, pelea agresiva, y pelea final.
También hay un subgrupo de peleas “tontas” que pueden ser por aburrimiento, peleas sin motivo, pelea por equivocaciones o mal entendidos, peleas por falsos celos, etc.
Hay peleas (sobre todo cuando se es joven o llevas poco tiempo emparejado),
que te van la mar de bien, a cambio de unas cuantas frases mal sonantes y una hora de reproches, el premio es una reconciliación gratificante. Para entendernos, un polvo salvaje y rápido. La pena es tener que pasar por este pre-cortejo odioso para los sufridos hombres que llegan a casa cansados de trabajar todo el día.
Tenemos las odiosas peleas por falsos celos, que suelen ser las peores, nos suelen acusar a los hombres de algo que no hemos realizado, teniendo que dar explicaciones de algo que no ha pasado, porque la cosa tiene guasa. Si no haces caso de lo que te acusan, parece que le das la razón e intentas huir como un perro con la cola entre las piernas. Y si por el contrario optas por contestar y defenderte, al defenderte parece que has realizado algo malo y al final tienes que demostrar que eres inocente, cuando en realidad ERES INOCENTE hasta que ellas demuestren que eres culpable (ojo, he dicho que demuestren, no que lo digan por decir). Lo triste del caso es que hay peleas por celos que ellas inventan, sabiendo que es inventado, solo para asegurarse nuestro amor infinito.
Pasemos ahora a las claves de la pelea: ¿Podemos los hombres adivinar cuando se avecina la tormenta? La respuesta es que con exactitud es imposible, puesto que ni ellas mismas saben cuando la van a iniciar, pero si que podemos tener una especie de estadística mental en cuanto al ciclo regular de peleas por semana y la dureza que va a tener esa pelea. Cuanto mas tiempo continuado estamos juntos con nuestras respectivas parejas, hay más riesgo de discrepancias, y por tanto hay un riesgo significativo de
entablar una pequeña discusión, que suele ser por diferencias leves, tales como la forma que preparar la comida, o porque te has quedado dormido un poco mas de la cuenta, o porque te has olvidado de algo al hacer la compra en el supermercado o porque no le haces caso cuando hay fútbol.
Si por el contrario llevas varias horas sin estar juntos o incluso todo el día; la cosa ya es más seria, porque ya tenemos tensión acumulada, ellas nos esperan impacientes para desahogarse puesto que llevan todo el día "echándonos de menos" y claro, a la menor oportunidad, ¡zas!, cachete que te cae, y si tú no estás dispuesto a llevar la cruz de Cristo siendo inocente, le contestas de malas maneras, y como ellas no están acostumbradas a que los hombres contestemos (porque siempre callamos para no liarla), ese día toca lío gordo, y luego resulta que a raíz de una tontería sin importancia de esas que las mujeres nos sueltan de vez en cuando, salen los trapos sucios de los últimos 6 meses, incluso te pueden acusar de que con la familia política eres muy muy malo, y muchas más cosas que no has dicho, ni hecho.
Y aquí señores el gran dilema de los sufridores hombres, si en la discusión te quedas corto, con el tiempo eres un calzonazos, no te respetarán e incluso pueden llegar a dejar de quererte por falta de interés por ti. Y si por el contrario te pasas de la rosca, eres un violento, agresivo, que no la quieres ni la respetas y por supuesto un cobarde. Entonces hay que buscarle el punto exacto para que una vez finalizada la pelea todo siga igual. Y
ésta es la clave para durar años y años de feliz emparejamiento.
Para cogerle el punto hay que llevar sobre nuestras espaldas unas cuantas peleas para saber hasta que punto se puede alzar la voz, hasta que palabras podemos pronunciar sin dañar en profundidad la relación, que gestos se pueden hacer para no parecer ni un cobarde ni un agresivo, etc.
En cuanto a la cantidad; la media nacional es la siguiente:
· Discusiones leves sin importancia: 3 ó 4 por semana.
· Desacuerdos y diferencias de ver las cosas de la vida: 1 por semana o 10 días.
· Peleas de nivel considerable o serio: 1 cada trimestre.
· Gran pelea o discusión agresiva: 1 cada semestre.
· Discusiones que a veces piensas de ésta me planteo la separación: 1 al año.
· Pelea total que te cuesta la separación total: 1 en la vida, (se entiende en la vida de la pareja).
Lo que supere por exceso estos baremos es vicio, y lo que se queda corto de
estos baremos es aburrimiento e indiferencia. Y la verdad, ¡no se que es peor!
Mucha actividad de discusiones es fatigoso y negativo. Y la pasividad e indiferencia auguran un final lento y triste...
Podría seguir, pero creo que voy a ir al grano final, para no cansarles. La clave final es la siguiente: hay que ser cariñoso y amable con la pareja, pero cuando se monte una pelea hay que decir las cosas por su nombre, aunque a veces sean un poco duras para ellas. Hay que decirles Stop con contundencia, hasta aquí hemos llegado, pero por tí me iría contigo a la Luna. En definitiva es un juego de palabras y gestos que entran en el cortejo de largo recorrido (emparejamientos de 5 años en adelante), hay que saber que un día toca alegría y amores, y otro toca malas caras, hay que saber decir vete a paseo con elegancia.....pero cuando vuelvas te estaré esperando con la cena lista......, hay que decir palabras necias, pero sin humillar, hay que saber oír tonterías y reproches sin hacer demasiado caso......Hay que saber alejarse y también acercarse. Y sobre todo muy muy importante es saber que cada discusión puede afectar de una forma negativa la relación futura, pero no por eso hay que tragar demasiada mierda, a veces, el temor a una ruptura nos hace débiles y a ellas fuertes, aquí se podría prestar la famosa frase del Che Guevara "Prefiero morir de pie, a vivir de rodillas".
Y añadir por ultimo, que en ocasiones una muy buena discusión con nuestra fémina, puede incluso ayudarnos a quererlas más, o mejor dicho, a conocerlas mejor y por tanto mejorar nuestra futura defensa o ... ataque.
Les dejo que piensen en estrategias de campo de batalla dónde el arma es el AMOR. Hasta la próxima carta, que tratará posiblemente de como afrontar una ruptura y salir victorioso. Espero vuestros comentarios, ya que me gustaría conocer vuestras opiniones.
Cítrico - http://www.nomecaso.com/
ser pelea fina, pelea seria, pelea dura, pelea agresiva, y pelea final.
También hay un subgrupo de peleas “tontas” que pueden ser por aburrimiento, peleas sin motivo, pelea por equivocaciones o mal entendidos, peleas por falsos celos, etc.
Hay peleas (sobre todo cuando se es joven o llevas poco tiempo emparejado),
que te van la mar de bien, a cambio de unas cuantas frases mal sonantes y una hora de reproches, el premio es una reconciliación gratificante. Para entendernos, un polvo salvaje y rápido. La pena es tener que pasar por este pre-cortejo odioso para los sufridos hombres que llegan a casa cansados de trabajar todo el día.
Tenemos las odiosas peleas por falsos celos, que suelen ser las peores, nos suelen acusar a los hombres de algo que no hemos realizado, teniendo que dar explicaciones de algo que no ha pasado, porque la cosa tiene guasa. Si no haces caso de lo que te acusan, parece que le das la razón e intentas huir como un perro con la cola entre las piernas. Y si por el contrario optas por contestar y defenderte, al defenderte parece que has realizado algo malo y al final tienes que demostrar que eres inocente, cuando en realidad ERES INOCENTE hasta que ellas demuestren que eres culpable (ojo, he dicho que demuestren, no que lo digan por decir). Lo triste del caso es que hay peleas por celos que ellas inventan, sabiendo que es inventado, solo para asegurarse nuestro amor infinito.
Pasemos ahora a las claves de la pelea: ¿Podemos los hombres adivinar cuando se avecina la tormenta? La respuesta es que con exactitud es imposible, puesto que ni ellas mismas saben cuando la van a iniciar, pero si que podemos tener una especie de estadística mental en cuanto al ciclo regular de peleas por semana y la dureza que va a tener esa pelea. Cuanto mas tiempo continuado estamos juntos con nuestras respectivas parejas, hay más riesgo de discrepancias, y por tanto hay un riesgo significativo de
entablar una pequeña discusión, que suele ser por diferencias leves, tales como la forma que preparar la comida, o porque te has quedado dormido un poco mas de la cuenta, o porque te has olvidado de algo al hacer la compra en el supermercado o porque no le haces caso cuando hay fútbol.
Si por el contrario llevas varias horas sin estar juntos o incluso todo el día; la cosa ya es más seria, porque ya tenemos tensión acumulada, ellas nos esperan impacientes para desahogarse puesto que llevan todo el día "echándonos de menos" y claro, a la menor oportunidad, ¡zas!, cachete que te cae, y si tú no estás dispuesto a llevar la cruz de Cristo siendo inocente, le contestas de malas maneras, y como ellas no están acostumbradas a que los hombres contestemos (porque siempre callamos para no liarla), ese día toca lío gordo, y luego resulta que a raíz de una tontería sin importancia de esas que las mujeres nos sueltan de vez en cuando, salen los trapos sucios de los últimos 6 meses, incluso te pueden acusar de que con la familia política eres muy muy malo, y muchas más cosas que no has dicho, ni hecho.
Y aquí señores el gran dilema de los sufridores hombres, si en la discusión te quedas corto, con el tiempo eres un calzonazos, no te respetarán e incluso pueden llegar a dejar de quererte por falta de interés por ti. Y si por el contrario te pasas de la rosca, eres un violento, agresivo, que no la quieres ni la respetas y por supuesto un cobarde. Entonces hay que buscarle el punto exacto para que una vez finalizada la pelea todo siga igual. Y
ésta es la clave para durar años y años de feliz emparejamiento.
Para cogerle el punto hay que llevar sobre nuestras espaldas unas cuantas peleas para saber hasta que punto se puede alzar la voz, hasta que palabras podemos pronunciar sin dañar en profundidad la relación, que gestos se pueden hacer para no parecer ni un cobarde ni un agresivo, etc.
En cuanto a la cantidad; la media nacional es la siguiente:
· Discusiones leves sin importancia: 3 ó 4 por semana.
· Desacuerdos y diferencias de ver las cosas de la vida: 1 por semana o 10 días.
· Peleas de nivel considerable o serio: 1 cada trimestre.
· Gran pelea o discusión agresiva: 1 cada semestre.
· Discusiones que a veces piensas de ésta me planteo la separación: 1 al año.
· Pelea total que te cuesta la separación total: 1 en la vida, (se entiende en la vida de la pareja).
Lo que supere por exceso estos baremos es vicio, y lo que se queda corto de
estos baremos es aburrimiento e indiferencia. Y la verdad, ¡no se que es peor!
Mucha actividad de discusiones es fatigoso y negativo. Y la pasividad e indiferencia auguran un final lento y triste...
Podría seguir, pero creo que voy a ir al grano final, para no cansarles. La clave final es la siguiente: hay que ser cariñoso y amable con la pareja, pero cuando se monte una pelea hay que decir las cosas por su nombre, aunque a veces sean un poco duras para ellas. Hay que decirles Stop con contundencia, hasta aquí hemos llegado, pero por tí me iría contigo a la Luna. En definitiva es un juego de palabras y gestos que entran en el cortejo de largo recorrido (emparejamientos de 5 años en adelante), hay que saber que un día toca alegría y amores, y otro toca malas caras, hay que saber decir vete a paseo con elegancia.....pero cuando vuelvas te estaré esperando con la cena lista......, hay que decir palabras necias, pero sin humillar, hay que saber oír tonterías y reproches sin hacer demasiado caso......Hay que saber alejarse y también acercarse. Y sobre todo muy muy importante es saber que cada discusión puede afectar de una forma negativa la relación futura, pero no por eso hay que tragar demasiada mierda, a veces, el temor a una ruptura nos hace débiles y a ellas fuertes, aquí se podría prestar la famosa frase del Che Guevara "Prefiero morir de pie, a vivir de rodillas".
Y añadir por ultimo, que en ocasiones una muy buena discusión con nuestra fémina, puede incluso ayudarnos a quererlas más, o mejor dicho, a conocerlas mejor y por tanto mejorar nuestra futura defensa o ... ataque.
Les dejo que piensen en estrategias de campo de batalla dónde el arma es el AMOR. Hasta la próxima carta, que tratará posiblemente de como afrontar una ruptura y salir victorioso. Espero vuestros comentarios, ya que me gustaría conocer vuestras opiniones.
Cítrico - http://www.nomecaso.com/
6 comentarios:
Hola chato, parece que siempre tenemos la culpa las mujeres. No estará más repartida la cosa??
saludos y sigue escribiendo, que aunque eres un pelín machista me gusta.
Marlene
Respuesta a Marlene: No tengo estadisticas exactas. Pero la experiencia de muchos compañeros es que las mujeres se toman el tema de las peleas conyugales casi como un hobby, parece que se escriben un guión y luego lo sueltan a los hombres. Ellas dan la excusa, que los hombres somos torpes y nos deben poner los puntos sobre la ies. Bueno, eso es lo que ellas creen, y nos lo quieren hacer creer.
Ellos, la lian por cosas concretas y tangibles. Ellas, la lian por cosas surrealistas, por asuntos espirituales de pareja, etc, cosas muy dificiles de demostrar, por esa razón, ellas tienen mucho mas campo y batalla para demostrar lo indemostrable tienen que dedicar muchas discusiones y peleas. Y de esto es el motivo por el cual ellas son las que inician las peleitas. La palabra resumen seria "ellas son mas inconformistas", pero que tengan razón ya es otra historia.
Pues yo estoy de acuerdo con Cítrico. Ellas cada cierto tiempo necesitan buscar guerra, para que les "confirmemos" lo mucho que las queremos soportando sus neuras femeninas.
Los hombres somos más lógicos y racionales, ellas son intuitivas. Y cuando su intuición les dice que algo va mal (en el trabajo, la regla, etc) pues lo pagan con nosotros.
Yo ésto lo resumo diciendo que nosotros seguimos la lógica matemática y ellas la lógica difusa (más arbitraria).
Al menos algunas después lo reconocen, otras ni eso.
Saludos a todos!
Kalle
Comentario a Kalle: Celebro profundamente el comentario de Kalle, tendría que estar reconocido nuestro sufrimiento. Y encima cuando alguna vez lo comentas en público, pareces un bicho raro. Ya es hora que hagamos piña, como hacen ellas, cuando van a la compra o entre vecinas y se ponen a hablar de nosotros, nos ponen verdes. Desde aqui, animo encarecidamente a nuestros lectores y/o colaboradores de esta sección a que nos cuenten sus experiencias, tanto si son negativas como positivas.
Como veis la dichosa Marlene,no sabe decir otra cosa que machista sin más, y sin razonar nada. Por cortesia de la srta.Marlene voy anunciar que la proxima carta num.6 va a tratar sobre machismo, feminismo y una gran definición de el razonamiento de las mujeres inventado por un gran colaborador mio "LOGICA DIFUSA" de las mujeres. No os lo perdais. Será la mejor, ya tengo apuntes.
ciertamente, parece que si no discuten por guevonadas, no alcanzan el orgasmo
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